18 junio 2010

Se termina el año...otro comienza.

Ya se esta acabando un año de la residencia, a pesar de los sinsabores, las malas noches, los problemas interpersonales, las decepciones, los malos recuerdos y  los desencantos, creo que hemos avanzado en nuestra formación como profesionales y como persona. Para unos es el comienzo de algo nuevo, para ortos es el momento de decir adiós a cuatro años de largo trabajo y estudio. Para unos serán momentos de tristeza, para otros de alegría.

A lo largo de estos años de residencia, mas que anestesia, aprendemos a conocer a las personas; a conocernos a nosotros mismos, a definir parte de nuestra personalidad. La residencia cambia a la gente, a unos los hace mas sensibles, a otros menos sensibles, a unos mas valientes, a otros mas cobardes, a unos mas sinceros a otros menos sinceros, a unos mas justos, a otros menos justos. Aprendemos a ser diplomáticos en medio de una especie de "guerra fría" institucional.

A pesar de los sinsabores que nos hallan tocado vivir, podemos sacar buenas cosas de este año. Sin embargo debemos aprender de nuestro pasado, de nuestra historia, debemos mejorar nuestras relaciones humanas, a ser mas sinceros, a ser mas honestos, a no guardar rencor en nuestra vida, y dejar que se el tiempo que le cobre a cada quien su devenir.

Felicidades a los que se van, a los que se quedan. Recuerden que "ningún hombre es una isla" que nos necesitamos los unos a los otros para completar nuestra felicidad.

Que Dios nos bendiga!